Orígenes del Día de Muertos de México

Orígenes del Día de Muertos en México

Publicado el

A nivel cultural el conocimiento y celebración del Día de Muertos en México se ha extendido a lo largo del mundo. La globalización y la posibilidad de tener contacto con casi todas las partes del mundo ha hecho que mucha gente sea conocedora de esta festividad. Sin embargo, aparte de los propios mexicanos muchos no saben que el culto a la muerte que se da en esta festividad es probable que se remonte al periodo preclásico, cerca del año 1800 a.C. 

Pinceladas del origen del Día de Muertos

Aún así, el Día de Muertos celebrado en México tal y como lo conocemos nosotros es fruto del sincretismo de la religión precolombina y la cristiana debido al proceso de evangelización de México. La celebración del Día de Muertos, según la región de México, se puede llegar a extender desde el día 28 de octubre hasta el día 2 de noviembre. Aunque lo más habitual es que la festividad se empiece a celebrar la tarde del 31 de octubre y se extienda a las festividades católicas originarias del culto a los muertos: Todos los Santos (1 de noviembre) y Día de los Fieles Difuntos (2 de noviembre).

Los mexicanos que celebran todos los días de la fiesta sincrética conmemoran a:

  • El 28 de octubre: el Día de los Matados, las personas que han fallecido por un accidente. Su celebración no está basada en la tradición católica, sino que es de origen popular.

  • El 30 de octubre: es el Día de las Almas que están en el Limbo, para los niños fallecidos antes de ser bautizados. Esta celebración también es de origen popular.

  • El 1 de noviembre: es el Día de Todos los Santos en la tradición católica, pero en México a nivel popular está dedicado a los niños y jóvenes fallecidos.

  • El 2 de noviembre: es el Día de los Fieles Difuntos en la tradición católica, pero a nivel popular en México está dedicado a los adultos fallecidos.

Parte del origen del culto separado a infantes y adultos el 1 y 2 de noviembre está basado en dos festividades mexicas que se celebraban en agosto y que más adelante explicaremos.

El culto a la muerte en la religión mexica

Todos los pueblos mesoamericanos precolombinos, pese a tener diferentes estructuras políticas, etnias, idiomas y creencias partían de una misma base cultural y religiosa. Esto se debe al contacto económico y social que se producía entre ellos y por eso, los mexicas, mayas, mixtecas, tepanecas, zapotecas y demás pueblos de Mesoamérica compartían muchas creencias religiosas y mitos.

Uno de estos casos era el culto a la muerte, y debido a la naturaleza de este blog,  nos vamos a centrar en el culto que realizaban los mexicas. Los mexicas, al igual que los demás pueblos mesoamericanos, creían que la muerte era necesaria para la continuidad de la vida. Concebían el tiempo y la existencia como procesos cíclicos, tema que se abordó en otro artículo sobre la concepción de la vida y la muerte. Por lo tanto, la muerte era y es vista como algo natural, dándole a día de hoy una connotación festiva y no de tristeza.

Como creían que de la propia muerte surgía la vida y que eran dos caras de la misma moneda, veneraban a los dioses del Mictlán, a Mictlantecuhtli y Mictecacihuat (Señor y Señora del Inframundo). Al igual que los demás dioses, el calendario mexica tenía el mes (formado por una veintena) de agosto dedicado a dar culto a la diosa del Inframundo tras finalizar la cosecha del fríjol y del maíz  y se le ofrecían los alimentos mencionados. El culto se distribuía en dos festividades: a principios de agosto se producía Micailhuitontli, donde se veneraba a los niños que habían muerto; y el Hueymicáilhutl a finales del mismo mes para los adultos muertos.

Imagen obtenida del Códice Borgia donde aparece el dios del Inframundo, Mictlantecuhtli, y Quetzalcóatl.
Imagen obtenida del Códice Borgia donde aparece el dios del Inframundo, Mictlantecuhtli, y Quetzalcóatl.

Además, creían que el universo estaba dividido en el mundo vertical y el horizontal, existiendo en el vertical nueve inframundos por los que debían pasar la mayoría de difuntos que morían de forma natural. Esto hacía que fuese habitual enterrar a los muertos con ofrendas como alimentos u objetos para sobrevivir a las adversidades que se encontraban en cada estrato hasta llegar al Mictlán.

Esta costumbre la vemos reflejada en el Día de Muertos, puesto que cada familia crea el conocido Altar de Muertos para recibir a los espíritus de sus allegados fallecidos y ponen todo tipo de ofrendas como calaveras de azúcar decoradas, comida, regalos, imágenes del difunto, etc.

El origen católico del Día de Muertos en México

La celebración del Día de Muertos en México sin duda es de origen católico y europeo, ya que la tradición católica tiene señalados el 1 y el 2 de noviembre como los días donde los muerte es el eje central. Fue con el proceso de evangelización de México que implantaron está festividad católica junto a otras y se produjo un sincretismo entre la religión precolombina y la católica afectando también al culto de la muerte. El 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, se oraba por las almas de los difuntos que habían logrado marchar del Purgatorio y pasaban a la vida eterna. Mientras que el 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos, se rezaba por las almas que aún estaban en el Purgatorio purificándose.

La visión de la muerte dentro de la tradición cristiana era de temor, de castigo divino y a la vez vista como algo que llegaba a todos los seres humanos sin importar su procedencia social. Además, debemos tener en cuenta la tradición literaria, artística y teatral de la Danza de la Muerte en la Europa medieval para presentar la visión que tenían los cristianos. La Muerte aparecía con un toque satírico al describirla y dibujarla bailando alrededor de las tumbas o persiguiendo a sus futuras víctimas para recordar lo efímera que es la vida para todas las personas.

Grabado llamado "El Monje", realizado por Hans Holbein el Joven en 1538 dentro del conjunto de grabados de Danza de la Muerte, donde aparece La Muerte persiguiendo a un monje.
Grabado llamado "El Monje", realizado por Hans Holbein el Joven en 1538 dentro del conjunto de grabados de Danza de la Muerte.

El toque contemporáneo del Día de Muertos: La Catrina y La Santa Muerte

Tras explicar una parte del sincretismo de la festividad que nos atañe, faltaría resaltar el papel de La Catrina. Originalmente era conocida como La Calavera Garbancera y fue creada en 1910 por José Guadalupe Posada. El objetivo de Posada era criticar a aquellos que tenían sangre indígena pero que renegaban de ella y que vestían de forma pretenciosa pese a ser pobres y tener que vender garbanzos.

Durante el Porfiriato y los gobiernos anteriores fue típico el uso de viñetas en periódicos donde se mostraban calaveras y esqueletos como crítica a la situación de hambruna del país, Posada fue el creador de dicho personaje, pero fue el pintor Diego Rivera quien la rebautizó como Catrina y le dio parte del atuendo que hoy conocemos en un mural hecho en 1947.

Grabado de La Catrina o La Calavera Garbancera realizado por José Guadalupe de Posada en 1910.
Grabado de La Catrina o La Calavera Garbancera realizado por José Guadalupe de Posada en 1910.

Por otro lado, debemos nombrar también el culto a La Santa Muerte o La Santísima. Los mexicanos le dan culto, le rezan y en las oraciones le piden ayuda cuando se encuentran en situaciones difíciles, siendo para ellos otra santa propia del catolicismo. Aunque es un culto muy extendido en México, pudiéndose equiparar al culto de Nuestra Señora de Guadalupe, la Iglesia Católica rechaza la veneración a la Muerte y al igual que el Día de Muertos, los tres cultos se han originado gracias al sincretismo.

Así pues, uniendo el culto e importancia de la muerte mexica, junto a las creencias cristianas, sátiras del Viejo Mundo y la creación de La Catrina ha hecho que todo se una en lo que conocemos hoy en día como El Día de Muertos y a La Santa Muerte.

¿Conocías los orígenes de la celebración del Día de Muertos a día de hoy? Déjanos en los comentarios si te ha sorprendido alguno de los elementos que han originado esta celebración y no olvides compartirlo en tus redes sociales si te ha gustado.

Bibliografía

  • Rohde, E. T. (1989). “Mictlantecuhtli, dios mexica del Inframundo”,

    Seminario de Estudios para la Descolonización de México, 2, 39-53 pp.

  • Soustelle, J. (1970), 

    La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, México: Fondo de CultuEconómica de España. 283 pp.

  • Vaillant, G. (1973),

    La civilización azteca: origen, grandeza y decadencia, México: Fondo de Cultura Económica. 317 pp.

Comparte este artículo en redes sociales

Síguenos en redes sociales

Artículos relacionados